Los cuatro cazadores furtivos detenidos hace doce días en un campo de Nueva Galia se salvaron de ir presos porque no alcanzaron a llevarse los dos ejemplares de ciervos colorados que mataron. Y es que no se trató de un abigeato común, ya que los imputados ingresaron a un coto de caza privado para hacerse de los animales. Este lunes, un juez de Garantías de Villa Mercedes los dejó libres, pero con una orden de restricción para que no se acerquen a dos establecimientos de caza en el sur provincial hasta que concluya la investigación.
El hecho ocurrió entre la noche del viernes 21 de julio y la madrugada del sábado 22 en el coto de caza La Yerbosa, que está dentro del establecimiento rural Payihué, a cargo de Gustavo Javier Roncaglione, que fue quien realizó la denuncia.
En la Comisaría Distrito 20 de Nueva Galia el empresario contó que la noche del robo salió a recorrer un lote y se topó con pisadas frescas y la huella de una carretilla utilizada generalmente para caza. Casi al mismo tiempo, un peón le avisó que había una camioneta extraña, una Ford gris, estacionada en uno de los caminos internos del predio, por lo que llamaron a la Policía.
Mientras esperaban, él y sus empleados escucharon un disparo en la zona de encierre del coto, que entre otras especies cuenta con ciervos colorados que son traídos a la provincia desde La Pampa. Luego, visualizaron a dos hombres que caminaban con fusiles al hombro y otros dos que empujaban una carretilla con dos ciervos ya faenados; estos, al verse sorprendidos, quisieron huir pero sin éxito, porque varios empleados lograron reducirlos. El conductor de la Ford, en cambio, logró escapar.
Cristian Javier Castillo, un vecino de la localidad cordobesa de Vicuña Mackenna, de 26 años, Ángel Marcelo Moreyra, Alexis Nicolás Díaz y Roberto Sebastián Jacobo, de 24, 26 y 33 años respectivamente, todos con domicilio en Fortuna, quedaron detenidos y fueron conducidos a una audiencia de formulación de cargos el domingo 23. El fiscal de Instrucción 4 de Villa Mercedes, Leandro Estrada, pidió imputarles el delito de “Abigeato doblemente calificado por ser cometido en circunstancias de robo y por intervención plural de personas en grado de tentativa, en concurso ideal con portación ilegítima de arma de fuego de guerra”, ya que no tenían documentación para las armas.
Pero sus abogados solicitaron los ocho días de prórroga de la detención, por lo que la situación procesal se definió a inicios de esta semana, con la imputación por el delito que planteó la fiscalía. “Quedaron en libertad con prohibición de acercamiento a ese coto de caza y a otro que está en la Estancia Chischaca, que sufrió dos hechos similares a comienzos de año que pueden estar vinculados con este caso, por lo que pedí la extensión de la medida para preservar esa investigación”, le explicó Estrada a El Diario.
“Por lo ocurrido en La Yerbosa no solicitó una medida de coerción más gravosa porque el delito fue en grado de tentativa. Si se hubiese consumado, tenía que disponer la prisión preventiva”, agregó.
Desde el día del robo en Nueva Galia hasta este lunes inclusive, la Policía de la Provincia intervino en al menos otros cinco casos de abigeato en Casimiro Gómez, donde demoraron a un cordobés con dos jabalíes; dos en Villa Mercedes, donde sorprendieron a un hombre con una jauría de perros y elementos de caza, y a otros tres con dos ejemplares de jabalí; en El Trapiche, donde detectaron a un conductor con carne de un animal faenado que no pudo justificar, y en Cortaderas, en el camino rural La Pituca, donde se toparon con dos hombres con equipo de caza y armas sin documentación.
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