La comunidad de Buena Esperanza despide con dolor a María Teresa Reviglio de Coria, una figura emblemática de la vida política, educativa y cultural del sur provincial. Abogada, docente e historiadora, su nombre quedó ligado al compromiso social y a una época en la que las mujeres comenzaban a abrirse paso en espacios tradicionalmente dominados por los hombres.
“LA TERE” era hija de una docente muy querida en Buena Esperanza Doña Chavela, fue senadora por el departamento de Dupuy durante Los periodos 1987-1991; 1991-1995 y 1995-1999 convirtiéndose en la primera representante del sur sanluiseño en ocupar una banca en la cámara alta, un hecho que marcó un antes y un después en la representación política femenina del sur puntano. También integró la Convención Constituyente de 1987, participando activamente en la reforma de la Constitución de la provincia de San Luis, donde dejó plasmada su vocación por el debate, la justicia y el fortalecimiento institucional. Además en 1999 al dejar su banca de senadora fue codefensora del pueblo.
Su labor no se limitó al ámbito político: durante años se desempeñó como docente, formando generaciones de jóvenes con su ejemplo de integridad y compromiso, e incluso fue directora del colegio Luisa F de Cortes Aparicio en el 2004. En paralelo, cultivó su amor por la historia y la escritura, dejando valiosos aportes sobre la identidad y la memoria colectiva de Buena Esperanza, escribiendo junto al docente José Alfredo Pérez el libro “Buena Esperanza, su gente, sus vivencias” para el centenario de su pueblo.
En tiempos en que la democracia argentina recién se reconstruía, María Teresa Reviglio de Coria representó la voz de una mujer firme, culta y comprometida, que supo hacerse oír y abrir caminos en la vida pública. Su legado trasciende los cargos y los títulos: fue una dirigente política de convicciones profundas, una referente social y una mujer adelantada a su tiempo, cuya huella permanece viva en la comunidad que tanto amó.
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